Me he quitado la cabeza y la coloqué
en la librera de enfrente observando,
absorta,
mi cuerpo.
Comer,
cagar,
llorar,
fumar.
Tuve tos,
escupí un par de balas
que mataron un par de pensamientos,
ambos intencionados
y mordidos por el moho de la ira.
Ahora vomito,
¿nos seguimos matando?
La Pululante
No hay comentarios:
Publicar un comentario