martes, 31 de agosto de 2010

Cadáver 20 mil

Quiero letras herejes para taladrar tus orejas
y apretar tu cuello,
verte vomitar las aguas negras de tu ignominia,
la ira del mundo sobre mis párpados me detiene,
a través de la alcantarilla luminosa de tu mente,
pero no te vas, pero te quedás
en mi garganta, en las ganas de vivir
permutándonos el alma
para vernos, construirnos y encontrarnos.

lunes, 23 de agosto de 2010

Hambre

Me gusta compartir con vos
el hambre, el día desierto
el frío, la incertidumbre de mañana
el sueño, el abrazo perpetuo de la soledad
y amanecer en vos
con la única certeza de tus ojos.

...no, nunca dejaré de estar allí...


La Pululante

miércoles, 11 de agosto de 2010

El último día de mi yo rota


En el espejo, el vacío se apoderó de mí,
todo lo que hubiese alguna vez
amado, soñado o deseado,
estaba ahorcado en el fondo de mis pupilas;
al lado, el cuadro WEED y la pulsera que te regalé
sonreía colgada de un hilo, carcajeaba.

Mi consciente yacía a mis pies, siempre fríos,
con los ojos nublados.
No quise revivirlo pues podía convertirse
de nuevo en mi asesino.
Opté por cerrarle la puerta.

Hoy soy un demonio ausente,
aletargado, un tanto perdido
que le duele todo,
sobre todo respirar,
respirar lo perdido.

La ausencia es solo el laberinto azul
de tus promesas
del que no puedo salir...
Andrea, el mar, la paz...
simples augurios
que ya no tengo voz para llamar;
grité tanto
que me desagarré el sentido.

Me siento parsimónica a tus pies,
parca, fría, distante
sin poderte responder por qué me cansé
sin poder darte explicación de mi
ridícula exposición
sin eco, sin aplauso, ni despedida.

Yo sólo quería mirarme reflejada en tus ojos.



La Pululante

martes, 3 de agosto de 2010

Invierno

Así nací yo, una tarde mientras moría la lluvia
y se disolvía tenue y precipitada sobre tu lengua
que me auguró la penumbra de tu vacío.

Cerraste con cada una de tus manos calientes
el frío vértigo de los mil ojos que tiene mi amor.

No, me dijiste.

La Pululante

Contemplación

Hoy, cual boa, me arrastro por el suelo
y la piel vieja del amor se ha quedado en el camino
casi azul, tiritando de sueño,
lleno de futuro,
mientras nos cubre el gris del cielo
que ilumina tus ojos,
cándido y sereno, nos cubre los hombros.

Ya no hay camino, solo desierto
de ausencia.

La Pululante

convenciéndote

...parturienta de creación me dejaste con la sal de tu semen desde la mañana, abrí mis entrañas y me surte un río caliente de sangre creativa que no puedo detener…