martes, 8 de diciembre de 2015


Me he vuelto cursi como el amor
con el tiempo, transfiguré a un intento de mujer sublime
y yo que no sé más que partir vísceras
me encuentro abrumada en medio de tanta entraña
de tanta sangre dulce
pariendo amaneceres azules para pintar la sombra de mis días.

vRamos / diciembre 8 de 2015

vos un amor sin cabeza

sin rostro, ni nombre

solo pene

solo sal

solo viento

respirás por la espalda y amás por los pies

libre del viento y sus alas.

Vos que sólo podés sentir la tierra de lejos
 
                                    estudiarla - hasta el cansancio  cansancio cansancio
 
aquella montaña con sus secretos y sus cuencas acurrucadas

un volumen sincronizado para alistar veinte muertes antes de zarpar

hasta mis ojos

largos los espejos y el miedo nos acaricia breve

te observo con la boca tullida de lápices sin letras

y no puedo más que masticarte infinitas hojas vacías

                                                                                                                                   y no puedo más
 
vRamos / noviembre 2014

 

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Vete

Y quien conociera como yo el eco de tu vómito al atardecer, con la convulsión de los días en la desesperanza de tu renuncia a lo posible… vaya manera de morir cotidianamente sin mediar palabra con la puesta del sol, con el canto de las uñas cuando gritan tu nombre a la orilla del precipicio, colgada de la ventana.

Toda silueta de luz e ilusión partida en la imprudencia de tus ojos al abandonar los días, cerrarlos como quien cierra el libro de las mentiras más bellas, caer desde la cornisa hasta el borde del camino sin gracia alguna, más que la de tu cabello moverse con tus manos, con tu lengua que no buscan el abrazo de la certeza sino lo dulce de lo efímero.

Vete pues, de allá de donde vienes, donde no hay más historia que un pequeño roce sin la oscuridad de lo profundo.

vR. 30 del simple septiembre del 2015

lunes, 14 de septiembre de 2015

Nuestra historia de amor


La idea náufraga de la libertad

Las libélulas muertas en medio del mar

El caos en tu pecho al despertar

La lujuria de tus necesidades sin extirpar

La lluvia lejana de tu llanto silencioso

La poesía de tus pies al borde del precipicio

La locura revuelta en el fondo de la taza de café

La escalonada manera de decir adiós

El escupitajo de flores al borde de tu sillón

La manía de tus ojos por huir al espejo

Tu mano imperiosa buscando celoseda para ahorcar

Mi boca gritando silencio para caminar.

vR/septiembre 2015

Invitación


A Simón Pedroza

Tu hambre trágica de carne viva despierta mis soledades, pájaro del viento
la pericia de tus manos para dibujar en el desierto
y secar hojas al borde de la locura
para pintar cuentos, surtidor de piedras que se cuelgan de los árboles.

Es gracioso, ayer te soñé despierta y yo que jugaba cincos con mis lágrimas
te inventé en los agujeros de la tierra y recostada en el silencio,
acaricié cada uno de los recovecos de tu recuerdo
para decirte que te quiero con el querer de siempre, con mis brazos de siempre.

No tenemos más encuentro que el de la poesía y su magia negra
más que la tristeza y el suicidio imprudente de nuestros dedos, nuestras bocas;
además de la franqueza de nuestras cuchillas
que aman cortar lenguas.

Te convido a un par de víceras, para cuando quieras.

Vr / julio 2015
 

lunes, 22 de junio de 2015

Sirena encandilada


Ha atravesado la puerta al compás del viento, sin mayor tragedia más que la de sus ojos redoblar el tiempo al pie de los abismos del corazón de la casa. Se vio las manos impregnadas de varias raíces negras que empezaron a rasparle hasta las orejas. No se inmutó. Continuó sus pasos de pez ligero sobre el piso, una loza vieja lustrada por manos áridas, por pies descalzos y tullidos. Observó cada detalle al atravesar la comisura de los rincones. Viejas arañas y graciosas cadenas de hilos colgando pegadas a las orillas de la cordura. Ella, con su gesto de reconocimiento, extendió sus piernas a los costados de las luces que asesinaban las ventanas rotas. Sus piernas, blancos maderos y fuertes, se abrieron, dieron paso al alumbramiento de meses de luna y río, de peces y evocaciones a la luz. Ella llenó el vacío del patio con su canto de sirena y hundió su cabello al borde de las flores, donde cada noche las estrellas besan sus secretos.

Ella duerme ahora, juega entre sueños, va tras las mariposas y ellas le acompañan el cuerpo. Por breves segundos, se fragmenta... huele a lluvia.

Aquí ya llueve y entonces se vuelve tierra y crece entre sus dedos.

Yo crezco entre sus dedos…
 
abril/mayo 2015

 

Mentira


Pude observarlo con un solo ojo, a través del cristal que dejó el agujero de la bala. Coleccioné entre mis manos cada uno de sus gestos de asco al pie de la muerte.

Yo mentí.

Él lloró. Dejó caer su bolsa llena de cincos y rebotaron todas sus lágrimas por cada una de las noches en que escupió su nombre y mi historia.

La pesadilla cesó, le advertí, desde el otro lado del cristal.

Mentí una vez más.

La historia se había repetido como la gota perenne que rompe las pesadillas y las pinta de realidad. Yo siempre mar. Te seguí observando.

Advertiste entonces mi mentira. Rompiste el vidrio. Tengo dos ojos, le dije cerrándolos, esperando el trueno de su ira. Abrí los ojos y cíclope, para entonces, se había pintado mil ojos en las manos.
 
Es posible, le advertí de nuevo.
 
Mentí por última vez.

 

Abril/21 de 2015.

Aquí es donde se cierne el viento, se aligera la presión que brota como un riachuelo en el medio de sus piernas… Así es el viento, sentenció ella, fuerte y profundo como el sueño, inacabable y traslúcido como el mar, inocente como los pájaros de la noche, insolente como el anochecer que todo lo abraza, todo lo aprieta… dulce, dulce, dulce como el vocablo de las mariposas al buscar los sueños.

Nada ha anidado el tiempo más que una cajita de gemidos y de piel, de risas y susurros en el vientre del placer, un par de parpadeos de luna, un sorbo de miel, siete nubes de amanecer y un pañuelo rojo de cenizas de ayer.

Vos pensar, oscuro, apretar, moreno, entero, sentir, apretar, agudo, apretar, sereno, fuerte, decidido, apretar, apretar, apretar.
 
Vos sorbo severo de miel oscura con manos que aprietan la llama de todo lo prohibido.
 
2014/2015

martes, 9 de junio de 2015

Misericordia


La sirena no está encandilada, ha removido el polvo del fondo del mar.

Ven y juega con mis ojos, juega con mis estrellas
juega a que vas a que vienes, a que me abandonas y me vuelves a encontrar,
a que me pierdes en medio del mar.

Anda y ve
llueve, corre y huye, allá en el fondo del cielo
juega a que me ves desde lejos
y que extrañas mi espuma.

No me mientas, juega con mi cabello
e inventa las bienvenidas eternas,
juega a que no lastimas a nadie con tu desapego
a que no rompes nada cuando te vas.

Juega, envaina tu misericordia y parte mi llanto oculto
de vos y del mundo
juega con lo que quede de mí en las esquinas del café
y en la arena de las letras en letargo.

Navega entre los días, grita que no eres de nadie
que el amor es un tonto invento
de alguien que soñó, en sus horas de muerte sedienta,
un beso, un abrazo y un vínculo que se convirtió en soga.

Amor, juega con mi cuello
aprieta por un segundo de eternidad
lo que queda de mis ojos entre tus manos,
ahorca el tiempo y la distancia.

Mátame al borde de la madrugada
sopla la ceniza de tus ojos,
sumérgeme lentamente al fondo del agua
con tus ojos tristes.

junio,2015


lunes, 1 de junio de 2015

Bailar sin pies

Me gusta bailar encima de usted
o en la cocina,
en el borde del precipicio de la ciudad
allí donde nadie intuye la locura atorada en un pecho,
en una boca,
en el cielo de mis ojos.
 
¿Qué le enseñe a bailar?
 
Usted ha bailado conmigo, aunque usted siquiera lo sospeche
le he tomado la mano, con su consentimiento
y lo he llevado a buen ritmo al fondo del mar,
ha cabalgado conmigo entre las olas;
ha perforado el presentimiento de un ritmo naciendo entre sus manos,
es la estrella de mar que le palpita, sin cesar
acariciando su brillante mente y su impetuoso corazón.
 
Así procura usted, a galope, un baile maravillando las plantas de mis pies,
la raíz blanca de mis sienes,
mis arrugas acentuadas,
jugando todas, a que trascendemos el viento y poblamos un corazón
el suyo
a vaivén
 
a vaivén de verso
 
Vr.  2014

Tiembla

Tengo una obsesión con el tiempo,
lo persigo y acomodo bajo mi almohada,
lo disuelvo en mis tazas de invierno de café,
entre la bruma de mis ojos al amanecer.

Quiero romperle las agujas,
clavarlas en mi pecho y respirar sin pensar en ello,
enmudecer ante el grito de mis ojos
permutar mis flores por permanecer suspendida en el mar por días, 
años y quizás hasta siglos.
 
Donar mi hambre tan antigua
ahogar mis deseos, uno a uno
prolongar mis sentidos en medio del agua,
siendo luz, siendo luna
por un segundo entre tus brazos.
 
vR/junio de los pasos 2015

lunes, 25 de mayo de 2015

Quemarse a lo bonzo

Me contemplo sosteniendo mi quijada
he vuelto a fumar, sí
el humo suele consumir mis precipicios
que se interponen entre el descanso y cada amanecer.

Quemarme quiero, ser ceniza
llover con fuerza
besar mis pies inflamados de camino
y torcer la boca hacia todos los lados no permitidos.

Ser insolente y prematura
llama de fuego y agua en ebullición
tocarte, de alguna manera, tocar algo de ti
algo más que tu boca, que tu ausencia.

Buscar mis pupilas que vuelan,
la humedad que se consume,
esta bocanada de péndulos en mi pecho
que quieren abrazarte
contra todo tu miedo de mirarte en el fondo de mis ojos.

Corro, vuelo
intento socavar estas ganas en mi ritual con el vacío
de que me beses como si me amaras
como si de alguna manera pudiera encontrarte en alguna parte
en el viento
en el espejo.

No hay manera alguna…

Bésame como si me amaras, bésame
aprieta tu deseo en mi garganta
una vez más, al borde del precipicio
y suéltame de una vez,
deja volar esta ceniza.

25 de Mayo de la ausencia/2015

 

Hay perpendiculares objeciones que se me incrustan en las venas
dos vientos se colocan en mi sien mientras te veo y sonrío,
bajo la nube de mis besos, nada anido
ni los pájaros, ni los sueños…

¿para qué objetar?

El sin sentido golpea por la madrugada
y los pájaros vuelan sonriendo
con la nube de mis besos entre sus alas.

vRamos, Mayo 25/2015

 

viernes, 8 de mayo de 2015

Ojos húmedos


Sentada con los ojos húmedos sobre un pajar
en busca de la caricia extraviada bajo mi vestido.

Soy una niña que rompe con sus ojos
los espejos del abandono,
una y otra vez,
los vidrios dibujan alas en mi cuerpo.

Soy asesina de este yo que te llora como una niña.

Soy asesina de este único reflejo y lo fragmento en mil

Mil yo

Yo mil

En medio del cielo, lloro entonces libremente.
 
vR / mayo llanto 8 del 2015.

Constelación


Hay un silencio azul que zumba en la gravedad de la noche,
vos colgado de la estrella más cercana, al otro lado del precipicio
nadie nos intuye, ni siquiera el miedo.

Las lágrimas sacan sus cuchillas y cortan el cuello de las posibilidades,
yo sonrío respirando entre mi sangre,
la ausencia me abraza, me vuelve piedra
seca mis imprudencias y enmudece mi mentón
lo entierra pálido entre las cobijas de mil sueños
a la espera de la nueva ola que llene algo más que los ojos a través de la ventana
que tiemble,
que sueñe,
en el centro de esta constelación de incertidumbre que se come los días.

Necio el tiempo que persiste en decapitarme,
yo siempre en búsqueda de las horas que rebotan
en el quizás de los segundos.

vR /mayo ausente 8 del 2014.

 

viernes, 17 de abril de 2015

Fiebre


Hay un delirio silencioso en las piedras que se nos amontonan en los pies, yo escucho con atención su respiración. Callo. Escucho. Soplo levemente mis huellas para que las piedras no me encuentren; pero yo tropiezo incansable, en el silencio, palpando el desvarío, el sueño, la realidad suculenta de flores muertas.
 
Sea tal vez que soy yo la de la agonía y que despierto con las estrellas tullidas entre los dedos de los pies. No me doy cuenta. No sé si yo las persigo o ellas me necesitan para sentirse piedras y yo demente, en consecuencia.
 
Será que las fiebres alimentan no solo el desvarío sino el rumbo de mil búsquedas de tempestad húmeda en el vacío de las hojas, yo jugando a ser árbol.
 
Vos siempre observando desde lejos. Con un ojo tendido, siempre estorbando, siempre doliendo. Y te arranco, como una ceniza imprudente, te escupo la entraña y te saco la cabellera gris que me pertenece, que es mía. Mi soplo se convierte en torrente y quedan de nuevo mis pies.
 
Hoy será un año, mañana diez y esta tormenta de días te dejará agradecida de ser gris, agradecida de ser viento, agradecida de ser desvarío y no piedra.
 
vR/febrero y sus realidades 2015.
 
 

Aprieta


El sol caía por hilos a través del cielo de los árboles,
tus pasos seguían ecuestres allí, a redoble,
auscultando el río sereno de mis pechos,
aflorado el vientre,
universalizado el soplo de los pájaros alborotados por la calor,
una cuenca de ocho fluidos, todos dulces, todos salados.

Una novela de encuentros
un desayuno de recuentos
un palmo de hojas abiertas con susurros de atardecer
un poco de aire sublimado entre las manos
dos copas de sumisión y un aguacero de sudor
un café con chocolote y una nube de cardadamomo…

vos viento
yo mar

 Mi piel un regalo, mientras mi corazón ha caído estrepitoso por la ventana
sin llaves, sin angustias, sin suelos
navego impertinente en la profundidad de tus ojos negros
que en su oscuridad me someten al reflujo de sus deseos
y yo…
un pájaro dispuesto a soltar su espalda
en la soga de tus manos.

Aprieta
severo y obtuso
que bajo el flujo severo de tus manos
puedo volar.

Vr/abril lleno de soles del 2015.



 

viernes, 23 de enero de 2015

Contemplación


Fui yo la osada pretenciosa barca sin mástil, desesperada por ahogarme en la tempestad del viento hecho marea; he sido yo el salto inútil hacia un vacío blanco, lleno de peces.

Había simplemente olvidado nuestra muerte permanente golpeándonos la soledad, la respiración vacía llena de humo y los huesos tullidos de gérmenes convertidos en tontos sueños.

Ilusa de mí, ilusa.

Millonaria cargadora de horas perpendiculares que esconden la espera entre las piernas de la selva húmeda tropical.  Vertiginosa grieta de caudales medicinales para curar las sombras y sobrevolar desvaríos, para morder demonios y escupir.

Muere, como hace muchos siglos en el centro del hambre, muere porque no sabemos de qué otra manera vivir. Yo me acostaré entre las hierbas y esperaré el sol de la media noche, para repetir entre mis manos tu nombre.
 
Vr/abril 2014.
 

Luna de Agosto

Desde tus ojos he conocido una luna muy grande que me persigue por los días y noches. En el amanecer me besa su canto blanco y por la noche su perfecta figura nada en mi garganta y puedo cantar entonces a las palomillas que reguardan esta luz que sale de mi pecho cuando te da su agua, entres tus manos, morenos guacalitos que dibujan nuevos ríos en mi cuerpo.

Abres brecha, rompes abismos y nacen mares verdes de saliva, inundan mis miedos y se ahogan todos los pasados tan perfectos de ira; yo nazco nueva entre tus piernas, tan imperfecta, tanto, que aún te tanteo.

Entre mis torpezas beso tu universo y me sabe a libertad y como una niña lamo mis manos, juego entre la lluvia de tu pelo, pego mi oreja a tu espalda para cazar los secretos de tu cueva... descubro que mis risas y gemidos aún rebotan en tu pecho.

Callo entonces.

En silencio te contemplo. La luna me ve desde la esquina de la venta y sonríe.

Le di las llaves de mi pequeña prisión. Anoche me besó, me absolvió de mis absurdos delirios y me despeinó mientras lloraba conmigo. Me hice fruta, añeja con destino de árbol de resplandor rojo, guardiana me hizo de este bosque lleno de pájaros y felinos, rojos como yo. Me hizo mujer, la luna me besó y me hizo mujer guerrera y sembró en la planta de mis pies tus ojos para no perder el rumbo.

La luna nos dio un encuentro.

La luna me dio tus ojos.

vR/agosto 2014.

Balletistas - Estudio Danza Arte


Revista REVUE

lunes, 19 de enero de 2015

Precisar: cómo conjugarlo


Soy una hoja bailando con el viento y la muerte,
me arropo con la noche de tu pelo
y vivo, en medio del silencio, sueño
que soy árbol y doy vida a los días.

No preciso de brazos para abrazar la niebla
ni de agujeros para soltar el llanto del cielo.

No preciso de cama ni pan.

Preciso de tu voz, en la distancia,
un golpe de luz que parte el tiempo,
un temblor de huesos y risa
que me acomoda el cabello en las mejillas
y acaricia mi alegría,
mis ojos crisálidos y
mi vientre de flor de café.

Te beso y soy paréntesis.

Fue preciso morir, para llegar a este momento.

Fue preciso despertar
para conocer el vuelo de las hojas,
plantar su bandera verde
en el centro de mi pecho-tierra.

Fue preciso nacer ante tus ojos
aquella tarde de mayo
para celebrar la lluvia junto con la muerte.

Fue preciso ser piedra y ser camino.