jueves, 17 de septiembre de 2009

Intensamente

Tengo veinte recovecos en el alma
pálidos y ténues, regorgitando tu nombre
al compás de la lluvia de estrellas.

Yo sabía que la intensidad tenía
un factor determinante: temporalidad,

sola yo no la vi

y maquiné un cielo lleno de estrellas
en donde cabía tu ancho nombre
mi alma era tuya y mi vientre era plano,
sin recovecos.

vR/septiembre 2009