jueves, 18 de agosto de 2011

No hay castigo entre los dientes fustigados
y los dedos rotos de circunstancia.

No hay cielo, ni suelo
mientras el infierno baila entre nosotras.

Ira

Sólo me quedan dos necias raíces secas
colgando de la cabeza,
embusteras amantes de la ira
que me abrazan los ojos:
mil veces ciega,
           cien veces ciega,
                         diez veces ciega,
una vez más hasta que ya no vuelves
perpetuamente,
a papar mi ceguera.

lp

lunes, 1 de agosto de 2011

doble vía


Cayó la noche en la orilla de la calle
angustiada por su humedad de invierno,
yo la ví por la esquina de mi ojo izquierdo
y adiviné acaso, su corto destino
que se rompió con la última botella
de gusano que se me atravesó por la garganta.

Ya no llora el parque por la tristeza inmunda
que tienen las uñas de los sin tierra, de los sin raíz.

Abultada en el hombro del olvido,
aquellas hojas azules están ancladas en el vertedero
que tienen los callejones con tope.

Júbilo


Matémonos esta noche princesa
devoremos nuestra sangre
pintémonos de verde el sueño y profanemos,
jubilosas, el filo de la miseria.

Mis ojos caen estrepitosos a tus pies
y mientras hablas imagino que soy un pez
devorándome la incertidumbre, escama pura,
espuma coqueta resbalosa entre las piernas
y mi princesa se mueve
y se petrifica, es entonces que sé que jugamos a morir
con los jugos de tu llanto, que apenas brota.

Ayer festejamos
haber perdido tantas cosas
y por fin, me sentí feliz.