miércoles, 11 de abril de 2018

Desnudez


He sido una tumba desde que te conozco. Aquella noche de diciembre, yo desesperada entre el frío para fumarme el fastidio. Una maraña de cuervos se desprendía de tu cabeza. Tus gestos de desinterés, tu fastidio compartido.

Entre mi tormento te visualicé moviendo tus manos, e hipnotizada me secuestré a mí misma, sin dar tiempo de adioses conmovedores.

Ella se fue. Ella se fue tras él. Ella se fue tras él para ser libre.

Cada vez que te encuentro me desnudo, no tengo esquinas.

Siempre he callado este amor-contemplación que te tengo. Pero insolente, me brota la alegría, cuando te veo. Mis pájaros vuelan, mi muerte se reanima.
 
En vos también hay una tumba.

Noviembre/2016