lunes, 18 de julio de 2011

Lloro,
cuando las manos de tus palabras
aprietan fuertemente mis piernas pálidas,
gordos tablones de palo blanco
y su mielita adorna
la figura de tu lengua afilada.

Es verdad que no construí casa
con mis astillas,
apenas un fogón poblado de recado
y posillo de miedos calientes
sobre las brazas.

Cenizo se me tornó el pelo
desde aquel día que me fui y no volví.
Cenizo mi recuerdo colgado en las orillas
de las tejas, en este corredor silente
lleno del humo de tus sueños
que me hace llorar, una y otra vez.

lp.

Balas perdidas


Empezar mil veces a comer como polilla
no es novedad en mis dedos.

Es que las balas están hechas para vos
hablando como telegrama,
siempre contundente,
ya servido, ya vestido, ya listo.

Para mí están hechas las pretensiones
y los bastos intentos inútiles
de las palabras vacías de sentido,
muy lejanas de tu realidad.

martes, 12 de julio de 2011

Introducción al invierno


La lluvia se llevó toda el hambre de la tierra,
nos dejó una arenilla imprudente ardiendo
entre los dedos.

Ayer fue ceniza,
hoy una caótica tumba
enfocada en el centro de la humanidad,
como tributo de la estupidez
con posdata especial
para el olvido.

Así nos quedan los ojos
entre lamentos idiotas,
entre lágrimas de mentiras
sin escribir,
sin mover un dedo,
sin proferir poesía.

No tengo miedo,
            siempre hemos muerto de hambre.

lunes, 4 de julio de 2011

sin pudor

El puñal me vomitó en la espalda
mientras entraba y salía.

El calor recorrió mi cuerpo.

Yo sin comprender
miré las estrellas
y perdí el rumbo.

Ya no desperté.

Solo nado en el odio de tu
cínica desnudez.

Pasos

Harta del hastío.

Sería mejor utilizar la palabra GOLPE
con más contundencia y remover los huesos de la memoria
oxidada para algunos, enajenada para el resto.

Busco un lugar vacío
entre el llanto de la ciudad
para dormir los mil sueños que explotan
entre mis manos,
mientras morimos en los pasos
vacíos de la danza oscura
que tienen los suicidas
cuando coquetean con el vacío…

releeré mis pasos
sin miedo a pisotear mis más duras intenciones.