lunes, 26 de julio de 2010

Cadáver II

Me gusta cuando somos piel.

Me gusta cuando somos cuerpo.

Me gusta cuando somos gemido.

Me gusta cuando somos intención.

Me gusta cuando perdemos la cordura
y hay un mar de saliva y gestos guturales,
y mi físico va más allá de tu metafísica,
y pierdes el aliento
con mi mano apretando tu cuello
y la poesía surge,
con violenta-ternura
hasta que no puedes respirar.

Y golpeo tus labios
con mi intención de futuro
mientras suena la canción: dame más...
de tu violenta-ternura
y la sangre es dulce.

Y golpeo tus ojos
con mi boca abierta
exhalando la herida, dándole muerte...
desde mi centro hasta las orejas del parque,
desde mi sal hasta tu azúcar,
desde nuestras rosas hasta nuestro vinagre
y no tengo límite,
no existe límite para mí,
mi horizonte, eres tú.

Juan Calles - La Pululante

Uno de tantos cadáveres exquisitos...

Se exhumó el sueño
vos, bailando con Sartre,
se abrió el centro dela ciudad
hay un agujero en mis córneas
y las lágrimas cayeron precipitadas
limpiando la arena.

Lenin baila reggaeton,
me perdí en tus ojos y cerré tu boca
con un beso.

Vos y yo lamiendo letras,
nosotros abriendo el espacio,
nuestro ESPACIO.

Juan Calles - La Pululante

viernes, 23 de julio de 2010

Simple deseo

I

Deja que se caiga el cielo
mi habitante prontuario,
deja que musite, rebuzne y se desgarre,
deja que rompa el suelo y las venas abiertas
de los sueños,
deja que sucumba necedad
quinceañera vestida de necesidad,
deja que el hambre nos parta en veinte
muelas ciegas de verdad.

Deja que llueva, mi amor
que se deshaga el suelo
los caminos y las simples veredas
para que todos se acaben
y que el latido permanezca
deja que llueva,
deja que llueva hoy.

II

Deja que amanezcan los poblados en grises,
que el pecho respire y se aventure
a fenecer sobre los sapos.

Deja que la afiladura de las lenguas
nos degüellen festivamente
sobre los vasos rotos
y el lúpulo gaseoso de la ironía.

Deja que el ojo del huracán nos absuelva
y que parta con el dolor
la ignominia que nos azota
con su máximo sucio poder
y sucumbamos
bañados en llanto
Para que llueva,
Para que llueva siempre.


La Pululante

jueves, 22 de julio de 2010

Confinación

Si pudiera matar los segundos
como aplastadas hormigas ciegas,
sucumbirían ante mis dedos
infinidad de volcanes
y se abriría el infierno
de las hojas de la espera.

Tic-tac, agradecida porque los
relojes son digitales
y porque la savia
corre presurosa a través de la ventana.

Mounstros estáticos,
de cemento y ladrillo,
me aúllan entre la melena,
me devoran los ojos
apagan mis sienes.

¿Hasta cuándo este martirio de burócrata?

¿Hasta cuándo?

La Pululante

martes, 20 de julio de 2010

Fuego

Boca mía que mueres y renaces
resbalosa desde el abismo
de sus gemidos.

Dios erguido y suculento,
muelo el erizo azul
de tu saliva
que cristalina
se clava sobre mi pecho.

Enciende mis ojos,
amamanta mi espejo,
Esposomío,
dominemos la luna
y sucumbamos en su luz.


La Pululante

Escena de un crimen

Me he quitado la cabeza y la coloqué
en la librera de enfrente observando,
absorta,
mi cuerpo.

Comer,
cagar,
llorar,
fumar.

Tuve tos,
escupí un par de balas
que mataron un par de pensamientos,
ambos intencionados
y mordidos por el moho de la ira.

Ahora vomito,
¿nos seguimos matando?


La Pululante

Sauce

Soy ese sauce llorón parado al lado de tu camino
con la piel goteada de recuerdo y flor,
cansada de agonizar,
el reclamo es una llave torcida hasta el infinito
que me lleva desnuda a las puertas del desvarío.

Psiquiatra acota: -dice que es poeta.
La nota es tan breve que la hoja vacía se me hace vestido.

La psiquiatra la evaluará, una vez no tenga efectos de alcohol ni drogas.

Trastorno de sueño: insomnio. Pierde perspectiva entre la realidad y...

apunta de nuevo.

Yo soy ese sauce llorón, con llanto cabello ajusticiado de ira
sangre verde en los sueños.

Cordura
conozco mi suelo y este miedo pegado a mi cuello,
el diablo azul del sueño me puede comer
me puede volver borrega,
puede dejar mis ojos sin ver
                                            sin ver.

Reconozco el mal, es suculento y dulce su sabor
me ha comido el hambre al borde de la ventana

conforme los días pasan y pasan
y muero y me devoro seca y sin prisa

hasta que llega el nuevo día.

Sé que soy el sauce de pie, al lado de tu camino,
que abre sus raíces y recoge a sus hijos
que abre sus bocas y se introduce en sus cuerpos
para sembrarles el mismo sueño
que serán sauces, de pie,
sin miedo a la obscuridad,
y que vendrán psiquiatras, más psiquiatras,
madres-psiquiatras, amigos-psiquiatras, jefes-psiquiatras,
todos psiquiatras
a reducirnos por nuestras hojas a un simple árbol
sabiéndonos dueños esta esencia
en la profundidad de nuestra raíz,
de nuestra poesía e insomnio.


La Pululante / 2007

lunes, 12 de julio de 2010

Simple catarsis (reclamo I)


Ingrata muerte, que sólo acariciaste mi vientre...
buscá el momento para tomarte un café conmigo,
solo que no tengo azúcar.

La pululante

Paz

Anoche, abriste tu boca
humedeciste tus dedos con esa tu tinta verde
y desnudaste mi cuerpo,
escribiste en mis nalgas
con ternura-violenta
la verdad que hay en tus ojos,
y me regalaste la flor de tu sonrisa
que colocaste adornando mi cabeza.
Yo, pálida, pero no fría
busqué entre mis piernas y
humedecí mis ojos pintando
una sonrisa en la serenidad de tu pecho,
abriendo las mariposas de mi boca.
Desde ese día, tú me das la contundencia de tu paz,
yo te doy la apertura de la mía.

La Pululante

Poema sin nombre

Tener los pies tullidos de andar sin rumbo
deja el paladar asqueado del dolor
y las piernas llenas de ansiedad.
Así me anduve acarreando los dientes caídos
por morder la sombra de tu vacío
con las fauces cansadas de comer aire,
sin ser víctima,
ni ser estrella,
solo me observo absorta hora tras hora
frente al espejo, preguntando quién está allí,
la náufraga de mí y de mis sueños
una ilusa caminante
plagada de egoísmo.
Mis pupilas tienen ayeres perdidos,
largos funerales de sueños pintados de flores,
moraditas todas, ahora que ya no tengo pelo,
son mi sombrero con olor
de muerte juguetona con el viento.
Y vienen a cantar conmigo
todos los ángeles de tu sonrisa
me humedecen el cuerpo de estelas
innumerables de luz palpitante,
de esos destellos que me hicieron vivir
y pensar que la vida es otra cosa que mentir,
eso son tus lentas sílabas
acomodadas en las ventanas de mi nariz
lamidos por los poemas, los cuentos,
gritos de gemidos atravesados
que escriben nuestra absurda circunstancia
nuestra estupidez,
con los que sentencias cada hoyuelo de nuestra historia
impalpable para el ojo humano,
que solo tú y yo,
sabemos oler a kilómetros;
ese sin sentido que nadie entiende
porque el canto a la luna lo sabe
cuando me paro al centro del parque
y te respiro hondo, a dos pasos de mí…
aquella noche, aquel grito, aquella felicidad
aquella lluvia que nos iluminó
aquel camino que nos trajo hasta aquí,
que sólo vos y yo supimos construir y destruir
¿es posible ser tan incoherente?
Me siento vieja después de tantos kilómetros
y a la redonda solo hay podredumbre
lenguas-basura,
hediondez-amistad,
y yo solo me pinto unos ojos
me cuelgo la mueca
y salgo siempre a buscarte.

La Pululante

jueves, 1 de julio de 2010

2:30

Qué será de mí todos estos días.
Yo intento inventarme
mientras todos me cuentan
de tu absoluta alegría.
Yo sólo grabo tus últimas palabras:
-tonta, tontita
Llamame que yo allí estoy,
me enteré que estás mal,
que tenés que irte de tu casa
llamame “tan”
llamame “taaan”
llamame “taaaaan”
palabras cual Chepona traicionera
suena asaltándome…
y yo sólo te digo
que aquí estoy
porque te invento cada mañana,
cada atardecer,
en el cocinar escueto,
el hambre justa,
el sueño pertinente,
la luz necesaria,
que son nada
que soy nada
que no existo,
hasta hoy
a las 2:30 de tu llamada
hasta entonces
existo, algo más que vacío corre por mis venas
alcanzo y respiro un día más.

La Pululante

quién fuera poeta

Juego a no extrañarte
y soy alguien más
una ambulante errante
sin sentido
sin alma
sin hambre de amor.
Lloro, lloro tanto
que he envejecido en dos días.
Y los días son nada
las noches son una eternidad,
la luna sonríe
y yo solo cuelgo mi ojos
en la cabecera de mi cama
de un mes más sin vos.
Es verdad
Te amo,
intensamente te amo.
Nada, aún tu abandono,
es nada
porque tu perfección
es mi redención…
yo solo celebro mi muerte
cada amanecer
sin cantarte mi poesía al oído
mientras alguien más
te da su libro
de amaneceres
absolutos.

La Pululante

Delirio

Las mañanas de agonía,
respiración de mujer sola,
las gradas eléctricas y los pasos continuos,
sin gloria y con pena absoluta.

Hambre, sueño, caos
ausencia
ahorcarse al amanecer y volver a morir con el sol;
disfrazar a la mendiga
cortarse los pies.

Mi iluso amor
eterno,
iluso amor bajo tus pies,
mientras bailas.

El golpe de tu llamada,
el cardumen de tu culpa,
el delirio de mi respuesta
…te amaré
siempre te amaré.

vRamos/ julio 2010

Mi Negrita

Llora, llora Negrita

Que tu mama está escribiendo poesía Negrita

Llora, llora negrita

Que tu mama está llorando sobre tu lápida Negrita

Te va a traer girasoles a tu altar

Te va a traer una canción para olvidar

Esta Negra que se duerme viene el cíclope blanco y zaz!

vRamos/julio 2010

21 de mayo

Te solté la mano un 21 de mayo,
una fría mañana llena de maldito sol.
Mi niña, mi dulce niña,
dueña de mis sueños y futuro,
te llevo dentro de mí, todo el tiempo,
te abrazo y te lleno de lo que queda de mí.
 
Te solté aquella mañana,
tu mano rozó mi rostro
y dormí profundo
para ver los ojos del infinito desvarío.
Cuando desperté y me quedé allí
contemplándote,
pintándote, escribiéndote
a través de mis cansadas manos
que nos saben más que apretar tu nombre…
mi dulce niña que abrió mis entrañas,
que me dio la sal del mar,
inventame desde el infinito,
despertame por favor,
porque no puedo hacer otra cosa más que amar.
 
Y el olvido no viene,
solo los días y las noches,
sin tu hambre, sin tu risa.
 
Te llamo de nuevo, Andrea
proclamo tu nombre, eco permanente
siembra en mí unos pasos
que no puedo andar, no veo lejos,
no tengo alas, no hay girasoles,
no hay caminos.
 
Huérfana ambulante busca-estrellas,
vasija vacía con máscara de diablo,
ojos sin alma, corazón sin reflejo,
despertame por favor,
porque no puedo hacer otra cosa más que amar.



vR/julio de 2015

Andrea

Vientre perdido,
lleno de ecos vacíos de sueño
y de amor mío, solo mío.

Te inventé una tarde lluviosa
y te proclamé a través de mis palabras
para que vinieras.

Alumbraste mis días más grises
y sólo sostuviste a tu madre,
parturienta de dolor,
para sacrificar nuestro encuentro
y convertirme en flor.

vR/julio de 2010

Azul

Soy un ojo azul
viejo y taciturno
tuerto de luz,
hambriento de humedad,
ambulante perpetuo,
sobreviviente de guerras,
todas perdidas.

Musito, quedito, tu nombre,
a la vuelta de la esquina
donde sale el sol eclipsado,
donde vacilan las mariposas
de tus palabras perdidas
y desesperadas,
de piedad por las flores
y los días,
todos perdidos.

Son ahora
solo remembranzas
de árboles sin nombres,
de aromas y uñas,
partidas por el llanto,
tatuadas por la esperanza,
como serpientes sin rastro
como caminos
todos perdidos.

vRamos/julio 1 de 2010

Un día después

Amanecí repleta de ruina la mañana siguiente,
sin nido, sin vientre, sin amor.
Los libros cayeron incesantes uno a uno sobre mis hombros,
yo solo apabullé sus letras
que me recordaban el olvido de tus veinte lenguas,
todas vacías y vacilantes de verdad,
como quien es juguete del destino
y se deja morir y ya.

vR/julio 1 de 2010.