Correr a un precipicio
es llegar a un sitio y beber el espasmo de la ira
sin solventar menos que tus manos
que vuelan precipitadas y laboriosas
apretando el nudo, que tienes por corbata,
junto al cuello.
Es placer, lo único que me causa,
placer supremo de extirpar tu gesto de asco
y tu poca cordura.
Me veo y me deleito.
Me ves y huyes espantada.
Me gusta beber tu sangre venenosa
anidada de rencores, es dulce,
cálida,
perfecto tu odio,
insultante, mi placer.
lp.
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