jueves, 24 de marzo de 2011

Me gusta morder el suelo
silencioso de los pasos
lamiendo sus pájaros angustiados
por beber caminos.

Las pupilas rebotan en todos los rostros
amarillos, negros, grises, azules;
el pecho está azotado por el humo,
cuesta respirar.

Son siglos así, despojados de la luz,
rodillas sangrientas ambulatorias
nos habitan como fantasmas
de lo que no puede ser y nunca será.


lp.

2 comentarios:

Sarco Lange dijo...

En un poema siempre hay un par de versos que son los que a la larga hacen que el poema nos guste. Por mi parte, después de leer aquello de "los pájaros angustiados", wow!, no me queda otra que lanzarme desde el noveno piso. Pero sin morir.

Vanessa Ramos dijo...

gracias Sarco por la lectura y tu comentario. Sí, dan ganas de lanzarse, aquí en este país no conocemos muchos edificios con 9 pisos pero si el vértigo de las desigualdades que son como edificios. Morimos perpetuamente.