martes, 3 de agosto de 2010

Invierno

Así nací yo, una tarde mientras moría la lluvia
y se disolvía tenue y precipitada sobre tu lengua
que me auguró la penumbra de tu vacío.

Cerraste con cada una de tus manos calientes
el frío vértigo de los mil ojos que tiene mi amor.

No, me dijiste.

La Pululante

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