Hoy, cual boa, me arrastro por el suelo
y la piel vieja del amor se ha quedado en el camino
casi azul, tiritando de sueño,
lleno de futuro,
mientras nos cubre el gris del cielo
que ilumina tus ojos,
cándido y sereno, nos cubre los hombros.
Ya no hay camino, solo desierto
de ausencia.
La Pululante
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