lunes, 5 de septiembre de 2016


Cuando tus ojos refugiados en el llanto
buscan jugar a la tristeza
mi pecho paloma invoca con su canto
el llanto que cae del paladar del olvido.

Ni estrella, ni piedra
vos en cambio me diste el infinito blanco de tus ojos
que tiene de sobra tu lujuria.

Niña refugiada en el espasmo de tu odio
un poco de sangre, cuajo de lluvia
estertor de miedos, temblor de hojas
lluvia desierta de cielo
cúmulo de peces aleteando tu saliva.

El tiempo ha sido regocijo
un colibrí preñado de lluvia
un cántaro roto que puebla la luna
en una noche infinita.

Vramos/agosto 2016.

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