Matémonos esta noche princesa
devoremos nuestra sangre
pintémonos de verde el sueño y profanemos,
jubilosas, el filo de la miseria.
Mis ojos caen estrepitosos a tus pies
y mientras hablas imagino que soy un pez
devorándome la incertidumbre, escama pura,
espuma coqueta resbalosa entre las piernas
y mi princesa se mueve
y se petrifica, es entonces que sé que jugamos a morir
con los jugos de tu llanto, que apenas brota.
Ayer festejamos
haber perdido tantas cosas
y por fin, me sentí feliz.
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