viernes, 21 de enero de 2011

Continuum

Porque cada muerte ha valido
el suspiro de la noche,
el estertor de las estrellas,
la cotidiana manía del espejo
y sus reflejos.

Haber perecido no es más que un ejercicio
de invención sobre sí mismo.

El poeta muere,
se asesina
se deleita con sus jugos descompuestos,
no se suicida: se asesina…
y se vuelve a parir.

Porque cada muerte me ha valido
un nuevo verso,
un poema
y tengo contemplación suprema por mi sangre,
entre mi festín de elegías,
cada noche que fenece
entre mis letras.

lp.

2 comentarios:

Sarco Lange dijo...

Tener las cosas así de claras es envidiable.

Saludos.
SL

Vanessa Ramos dijo...

no sé si es claridad u oscuridad plena para atravesar la luz, gracias por el mensaje Sarco.