Abrazar la tregua con intensidad
cerrar los ojos y prender nuestra luz
entre las tinieblas amordazadas
que rodean el dolor ahogado y penetrado
por la ternura abusiva
con el amor tuerto que se inunda
en nuestras manos.
Seguimos lloviendo a través de la ventana
somos tormenta, rayo y granizo
contundentemente mareados
precisamente certeros
cometiendo suicidio
con mano invertida.
La Pululante
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